Según relatos de testigos en la zona, los dos colectivos circulaban compitiendo en una “carrera”, uno de los buses, al parecer de la Línea 2, intentó adelantar al de la Línea 26, rozándolo. Esta situación desató la furia del conductor del bus presuntamente dañado, quien detuvo su unidad, bloqueando prácticamente ambos carriles de la avenida, descendió con un martillo y comenzó a destrozar el parabrisas del otro colectivo.
La agresión con el martillo generó una reacción en cadena, el conductor del bus afectado con el martillo, a su vez, tomó una piedra de los restos de pavimento e intentó agredir al otro chofer lanzándosela, aunque sin lograr impactarlo. La tensión escaló aún más cuando los pasajeros del bus dañado bajaron y empezaron a tirar piedras contra el otro colectivo, en un aparente intento de defender a su conductor. Ante la violencia, los usuarios del transporte público que estaban en los buses buscaron refugio en una lomitería cercana, mientras que el bus de la Línea 2 finalmente bajó a todos sus pasajeros en una gomería cercana y se retiró vacío.
Afortunadamente, la comisaría local no reportó personas heridas físicamente a causa del altercado, aunque los daños materiales en al menos uno de los vehículos fueron considerables. Una testigo del hecho, Tamara Marín, que trabaja en la lomitería donde los pasajeros buscaron amparo, recalcó que las “carreras” entre choferes son frecuentes por la noche en esa avenida y representan un peligro constante para quienes utilizan el servicio.