El 11 de enero pasado, en Sao Paulo murió un hombre por síntomas característicos. Se le hicieron todas las pruebas y por descarte supieron de qué enfermedad se trataba.
No era hepatitis viral, ni fiebre amarilla, ni zika, ni dengue. Las muestras fueron enviadas a Estados Unidos y comprobaron que el cuadro era arenavirus.
Esta enfermedad se transmite de las excretas de algunos roedores a los humanos. «Habrá limpiado su casa y con el polvo aspiró el virus», comentó el Dr. de Vigilancia de Enfermedades Transmisibles, Hernán Rodríguez.
Autoridades paraguayas están pendientes de la alerta que pueda emitir el país vecino ante la presencia de este «extremadamente raro y letal» virus.
