La intervención se realizó por parte de la fiscalía especializada contra la propiedad intelectual a cargo del abogado Julio Paredes en una vivienda ubicada en el barrio Padre Damián de la localidad franqueña.
En el lugar que estaba a cargo de Alberto Quintana, de 41 años, funcionaba una especie de serigrafía de acuerdo a los indicios encontrados y que fueron incautados totalmente por disposición fiscal, los equipos informáticos e insumos fueron valorados en 250 millones de guaraníes.
Se incautaron una máquina de sublimación 3 D, matrices que tenían numeraciones de lotes y marcas de productos químicos de uso agrícola de venta masiva además de impresoras, una notebook, 50 bolsas y cajas de cartón que ya tenían impresas las marcas de los fertilizantes aparte de otros insumos.
Ante el hallazgo de las evidencias y las sospechas de que en el lugar se falsificaban los envoltorios para los productos químicos cuyo origen también se desconoce el fiscal Paredes dispuso la detención del dueño quien fue conducido a la base del departamento contra delitos económicos de la Policía Nacional.
