Vecinos del barrio La Lomita, en Ñemby, denuncian el grave y prolongado deterioro de una calle que, según afirman, lleva más de 20 años sin recibir ningún tipo de intervención por parte de las autoridades municipales.
La situación se vuelve crítica en días de lluvia, cuando la calle se transforma en un verdadero cauce de agua. En varias ocasiones, el raudal ha ingresado a las viviendas de la zona y, en una de las más graves, llegó incluso a derribar una muralla.
Ante la falta de respuestas oficiales, los residentes intentan proteger sus hogares con bolsas de arena colocadas como diques improvisados, aunque reconocen que en muchos casos estas barreras no son suficientes para contener la fuerza del agua.
Además del riesgo que representa, la calle en su estado actual dificulta la movilidad cotidiana. Muchos aseguran que ni siquiera pueden utilizar servicios de transporte por plataforma, ya que los conductores rechazan las solicitudes al conocer la ubicación.
Los pobladores exigen con urgencia la intervención de la Municipalidad de Ñemby y advierten que seguirán visibilizando el problema hasta obtener una solución definitiva.
