El senador Rafael Filizzola no dudó en calificar el gesto como una actitud “humillante, genuflexa y totalmente servil”, denunciando que Leite se comportó más como un simpatizante político que como un representante del Estado paraguayo. “Es una actitud totalmente servil, cuando un diplomático va para defender los derechos nacionales”, apuntó, cuestionando la falta de profesionalismo al momento de la entrega de cartas credenciales, que se produjo en el mismo acto donde se tomó la polémica foto.
Filizzola agregó que la actitud fue “totalmente carente de sentido diplomático” y la calificó directamente como “payasezca”, reforzando su rechazo al comportamiento de Leite en el inicio de sus funciones como embajador.
Por su parte, la senadora Celeste Amarilla fue aún más directa: “Se fue como un hurrero a payasear con el otro payaso que es Trump. Tal para cual, uno chorreando de tortilla y el otro teñido de anaranjado”. Para Amarilla, la fotografía no solo daña la imagen del país, sino que además representa una falta de respeto al cargo diplomático que ostenta Leite. “Tanto que hablaban de la capacidad de Leite, de su pericia para ser embajador… ahí está, en el primer día, como un hurrero de segunda”, remarcó.
La legisladora también alertó sobre los riesgos de mezclar diplomacia con simpatías partidarias. “Sería igual de vergonzoso que venga el embajador de Estados Unidos y se ponga una remera que diga ‘Nenecho Intendente’ o ‘Somos todos Lista 1’”, ironizó.
La polémica se instaló rápidamente en el Congreso y en medios, abriendo el debate sobre los límites que deben respetar los diplomáticos al representar al país en el exterior, especialmente cuando se trata de figuras tan polarizantes como Donald Trump.
