La familia, conmovida por la situación de total abandono de un hombre que incluso tenía dificultades para expresarse, le ofreció primeros auxilios y se ocupó de él en Fernando de la Mora. En un intento por establecer su identidad y conseguir la ayuda necesaria, primero lo llevaron a la comisaría más cercana, donde no se encontró ningún rastro de sus datos. Luego decidieron trasladarlo a un hospital psiquiátrico en busca de la asistencia adecuada.
Sin embargo, la situación tomó un giro inesperado y preocupante. Según relató una miembro de la familia, Raquel Villamil, tras el diagnóstico de “retraso mental”, los médicos del hospital, en lugar de gestionar la intervención de la Fiscalía, la asistencia social o alguna otra institución de acogida, presionaron a la familia para que firmara documentos y asumiera la custodia del joven. Además, les indicaron que debían suministrarle la medicación correspondiente, una responsabilidad que la familia rechazó rotundamente por falta de garantías y por no tener dónde alojarlo en su vivienda, pues no tienen ningún vínculo con él.
La tensión escaló cuando, según la familia, el personal del hospital psiquiátrico les impidió salir del lugar sin llevarse al hombre, llegando incluso a amenazarlos. Ante esta situación insostenible, la familia se vio obligada a llamar nuevamente a la policía para poder retirarse del establecimiento.
