La consecuencia más grave de estas heladas se observa en el sector agrícola, donde se reportan pérdidas económicas tremendas para las personas del interior. Cultivos como lechugas, cebollas de hoja, repollos y otras verduras se encuentran totalmente congeladas o marchitas. Esta situación representa un golpe significativo para la economía local, ya que la fruta y la verdura cultivada se consideran irrecuperables.
Ante este panorama desolador, se evidencia la vulnerabilidad de la mayoría de los productores que no cuentan con la infraestructura necesaria para proteger sus cultivos. Si bien algunos poseen media sombra (tela de sombra), esta no es suficiente ni alcanza para mitigar los efectos de las bajas temperaturas.
Expertos y agricultores coinciden en que para hacer frente a estas heladas, se requiere de “invernadero” u otro tipo de tecnología de riego durante la madrugada, con algunos optando por regar toda la noche para evitar que sus plantaciones se congelen. La situación subraya la urgente necesidad de inversión en tecnologías adecuadas para la agricultura de la región.
