Núñez manifestó que desde hace tiempo (40 años aproximadamente) denuncian la contaminación constante por parte de esta empresa, acentuándose el problema por ubicarse la fábrica en una zona muy cercana al centro de Capiatá.
En ese sentido, refirió que “no se oponen a que la fábrica opere, siempre y cuando lo haga de forma correcta”. Sin embargo, consideran que la planta está en “pésimas condiciones”. Los afectados han mantenido reuniones con la intendenta y los concejales solicitando el permiso de operación de la fábrica, el cual hasta la fecha no les ha sido facilitado.
La preocupación principal de la comunidad gira en torno a los serios problemas de salud que atribuyen a la actividad industrial. Algunos residentes estarían sufriendo enfermedades respiratorias, picazón y salpullido a causa de la contaminación que provoca esta empresa.