El Ministerio Público allanó por segunda vez un templo vinculado a una presunta secta afrobrasileña en el departamento de Alto Paraná. Los operativos se realizaron de manera simultánea este martes en dos puntos: una vivienda en el barrio Paseo Acaray de Minga Guazú y un domicilio en el barrio Pablo Rojas de Ciudad del Este.
Según informó la fiscala Vivian Coronel, los procedimientos fueron motivados por nuevas declaraciones de al menos siete presuntas víctimas, quienes relataron haber sido sometidas a actos de violencia física, tortura, manipulación psicológica y abuso dentro del recinto religioso.
Durante los allanamientos, las autoridades incautaron restos óseos, palos pintados, látigos de cuero, cuchillos, fotografías, prendas utilizadas en rituales, amuletos, celulares, chips, y documentos varios. También se hallaron patas de cabra, un santo con rasgos indígenas y una bandeja ritual con piedras, todos elementos que coinciden con los testimonios recogidos por la Fiscalía.
“Vamos a convocar a Criminalística para confirmar la naturaleza de estos restos. No se descarta que pertenezcan a personas sacrificadas en rituales”, expresó la fiscala Coronel en una entrevista posterior al procedimiento. Aclaró además que no se investiga la religión en sí, sino los delitos que se habrían cometido bajo su amparo.
Una de las preocupaciones más graves surgidas del operativo es la posible existencia de una red de trata de personas. En ese sentido, Coronel señaló que los indicios apuntan a un caso mucho más complejo de lo inicialmente planteado: “Cada nueva declaración abre una puerta. Hay vidas en juego y no vamos a detenernos”.
En el sitio también fueron encontrados animales en aparente estado de abandono, entre ellos una cabra, varias gallinas y un perro atado sin acceso a agua. Se verificará su estado con apoyo de organizaciones de protección animal.
Además, una persona fue hallada sola en una de las viviendas allanadas, aunque hasta el momento no ha sido identificada como parte del grupo investigado.
La causa se encuentra caratulada como: “Hechos de trata de personas, tentativa de abuso sexual y otros”. Participaron en el operativo agentes del Departamento Contra la Trata de Personas, Delitos Económicos, Cibercrimen y personal de Inteligencia Regional del Alto Paraná.