Si bien el pedido original de los camioneros era una reducción de G. 1.500, redujeron la exigencia a G. 1.000, en contraposición de los G. 500 sugerido por el Gobierno.
«Cedimos un poco, bajamos a G. 1.000. Es factible, si hay voluntad política se puede, estamos convencidos. Ayer nos dimos cuenta de que si ellos ajustan los cinturones es posible», dijo Darío Toñánez, el presidente del Grupo «Locos de la cantera de Tobatí».
Por otra parte, aseguró que la manifestación de los camioneros, al menos del grupo apostado en ex Aratirí, se limita al combustible, no así a otros temas como el juicio político a la fiscal general del Estado.