Según la dueña en la que vivían Angélica Gill y Juan David Morán, existía un antecedente violento en la pareja, donde ambos se amenazaron en hacerse daño con vidrios rotos tras una discusión.
La misma mencionó que incluso hubo golpes de por medio ese día. En los seis meses que vivieron en el lugar las discusiones eran constantes, aseguró la mujer.
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Luego de ese incidente existió una demanda y orden de alejamiento, por lo que la pareja se separó por un tiempo.
Tras varios meses Angélica regresó al inquilinato, dándose el fatal desenlace.