En un escenario de promesas incumplidas, los profesionales de la salud denunciaron que el aumento salarial prometido a G. 6 millones ha quedado en el aire, y los retrasos en la acreditación están afectando gravemente su situación económica.
Los médicos residentes, que cumplen funciones clave en hospitales públicos, sostienen que son tratados como “mano de obra barata” y que su trabajo ha sido minimizado, a pesar de las largas horas de guardia que desempeñan. Muchos de ellos se ven obligados a trabajar durante turnos extendidos, a veces sin descanso, con la expectativa de un pago que nunca llega a tiempo.
“Somos la mano de obra barata del Ministerio de Salud”, expresó uno de los residentes, quien prefirió mantener su anonimato por temor a represalias. Los médicos aseguran que, tras la promesa de un aumento salarial a G. 6 millones, la acreditación para dicho aumento ha experimentado múltiples retrasos, lo que ha dejado a muchos de ellos sin recibir su salario completo durante varias semanas.
Derlis Martínez, residente del Instituto Nacional de Cáncer (INCAN), fue uno de los que alzó la voz en medio de esta situación. “Es triste que en el Día del Trabajador, nosotros pasemos sin ni un peso en el bolsillo”, lamentó el joven médico, quien explicó que la falta de pago ha generado una gran incertidumbre y estrés entre los profesionales. A pesar de las condiciones de trabajo extremas, muchos de ellos se ven obligados a continuar trabajando, ya que el sistema de salud depende en gran medida de su dedicación y esfuerzo.