Las detenidas fueron identificadas como Ignacia Ayala de Rotela (madre) y Lourdes Liliana Rotela Ayala (hermana), ambas detenidas en la ciudad de Tobatí.
Estas incursiones se realizaron tras dos años de investigaciones, que incluyó escuchas telefónicas y logró desmantelar un esquema operativo liderado por la madre de Armando Javier Rotela, sus hermanos y las parejas de estos.
Se descubrió que esta estructura se encargaba de abastecerse de estupefacientes en el área central, para luego transportarlas, comercializarlas y distribuirlas en diversos puntos de venta de drogas.
Además de las detenciones iniciales de la madre y la hermana, las autoridades también lograron ubicar al contador de la familia, quien, según las investigaciones, fungía como administrador general de los bienes del clan y ya contaba con antecedentes.
A pesar de la detención de Armando Javier Rotela hace años y su reclusión en una cárcel de máxima seguridad, las investigaciones confirman que él sigue manteniendo su liderazgo y dando órdenes a la estructura criminal, trascendiendo los muros penitenciarios.
Presuntamente las ganancias millonarias producto del narcotráfico se lavaban a través de la adquisición de propiedades, ganado y otros bienes inmuebles en diversas partes del país, a pesar de que las viviendas donde se realizaron las detenciones principales aparentaban ser modestas, de clase media o incluso precarias.