Según la información recolectada por el Ministerio Público y personal del banco, el monto aproximado sustraído asciende a 910.000 dólares, dinero que se hallaba exclusivamente en la bóveda. Los delincuentes enfocaron su objetivo en esta área principal, dejando dos cajeros automáticos (ATM) sin destruir y aparentemente con dinero en las bandejas. Los investigadores destacaron que los asaltantes “se fueron a la parte del León” y se llevaron “la bolsa grande,” ignorando el efectivo que contenían los cajeros.
El modus operandi sugiere el uso de explosivos, ya que la entidad bancaria quedó “destruida en techo todo, se hizo volar”. Restos de explosivos fueron encontrados más tarde en una de las camionetas que el grupo abandonó durante su huida. Además del daño estructural, se encontraron evidencias de un intenso tiroteo: aproximadamente 78 vainillas servidas fueron halladas afuera del banco, con otras más encontradas en el interior. Tras el asalto, los malvivientes escaparon con dirección a una ruta que conduce a la zona de Alto Paraná.
La investigación, a cargo de la fiscal Cleyder Velázquez, se concentra ahora en la recopilación de material fílmico, ya que las cámaras de la entidad bancaria fueron totalmente destruidas. La fiscalía ha solicitado vía oficio a los negocios aledaños que faciliten las imágenes de sus circuitos cerrados, material que será crucial para “graficar la forma en que operó el grupo” y que luego será analizado por Criminalística.
Asimismo, se espera la llegada de especialistas desde Asunción para inspeccionar los cajeros automáticos que no fueron dañados. Estos expertos confirmarán si los mecanismos de entintado (anti-robo) se activaron o no, un detalle que se cree que no ocurrió, y verificarán la cantidad de dinero que pudo haber quedado en dichos cajeros.