El violento asalto tuvo lugar cerca de las 22:00 horas en la compañía Soto de Paraguarí, sobre el ramal que conecta Paraguarí con Sapucái, a unos 5 km del centro urbano. La víctima, Juan Ojeda, un funcionario municipal que también trabaja en una báscula, fue abordado por dos individuos armados al momento de finalizar su guardia.
Los asaltantes, que se presume manejaban información precisa sobre el dinero, lo golpearon violentamente y le exigieron el efectivo, logrando apoderarse de dos fajos de 10 millones de guaraníes cada uno y de su teléfono celular personal. El dinero estaba destinado al pago de juegos pirotécnicos, grupos musicales y toreros para la fiesta fundacional de la ciudad de Escobar, que se celebraría al día siguiente.
Pese al shock del asalto, Juan Ojeda reaccionó de inmediato utilizando un teléfono corporativo que los ladrones no encontraron, llamó al sistema 911 y comenzó a perseguir a los asaltantes en su vehículo. La persecución se extendió por varias vueltas en la zona urbana de Paraguarí, para luego tomar un camino alternativo que desemboca en la zona urbana de Yhú, a la altura de la compañía Ñuati Guazú. Durante el trayecto, el funcionario mantuvo comunicación con la policía, brindando la ubicación de los delincuentes.
La persecución culminó con la interceptación del vehículo de los asaltantes en Ñuati Guazú. Los delincuentes, que eran tres hombres y una mujer, viajaban en un automóvil propiedad de la mujer, oriunda de San Lorenzo, quien alegó haber sido contratada para un servicio de taxi. Al ser interceptados, dos de los sujetos descendieron del vehículo y huyeron hacia una zona boscosa. La pareja restante fue aprehendida, y se confirmó que uno de ellos cuenta con frondosos antecedentes. Como parte del botín, se lograron recuperar 1.555.000 guaraníes y los precintos bancarios. La policía continúa la búsqueda de los dos prófugos, quienes se cree son conocedores de la intrincada zona por donde escaparon.
