El sacerdote de Brasil João Paulo Araujo Gomes es un protector de animales. En cada una de las misas que oficia, siempre que tiene oportunidad, invita a los religiosos que den una oportunidad a los miles de perros que están en las calles o a los que llegan al templo.
Pero su acción no solo se limita en dar una mano a los peludos desde el púlpito, sino que además Araujo es rescatista, otorga refugio, alimenta e incluso envía al veterinario a los perros.
«Hoy fue el día de llevar a Belinha a su segunda sesión de quimioterapia. Está quedando linda y llena de encanto», escribió en una publicación de Instagram mostrando la evolución de la mascota.
Según perciben los feligreses, gracias a esta notable de acción del padre, el número de animales callejeros se redujo considerablemente.
“Siempre podrán entrar, dormir, comer, beber agua y encontrar refugio y protección porque esta es la casa de Dios y ellos son de Dios”, escribió en otra ocasión a través de Facebook, según el portal Milenio.