El hecho ocurrió sobre la avenida Von Poleski de Villa Elisa, en una gasolinera donde cuatro hombres fuertemente armados ingresaron y obligaron a los empleados a entregar toda la recaudación del fin de semana, unos G. 30 millones.
Uno de los playeros fue obligado a despojarse de su uniforme y encerrado en el vehículo de los malvivientes mientras uno se hacía pasar por empleado, vigilando mientras sus cómplices cometían el robo.