Se congregaron en la explanada del IPS Ingavi para llevar a cabo un acto de recordación y, simultáneamente, alzar la voz en reclamo por las difíciles condiciones en las que desempeñan su labor. La licenciada Marina Ayala del Sindicato Auténtico de Defensa del IPS destacó la importancia del servicio que brindan las enfermeras y enfermeros, pero señaló que actualmente atraviesan el “peor momento” debido a la precariedad y la falta de apoyo institucional.
Una de las principales denuncias giró en torno a los salarios míseros y salarios indignos que reciben los profesionales. La licenciada Ayala mencionó que una licenciada en enfermería con varias especialidades no puede estar percibiendo como salario tan solo G.2.700.000. Afirmó categóricamente que el IPS es la institución que peor paga a nivel nacional al personal de enfermería. A esto se suma la falta de herramientas básicas para trabajar; los enfermeros denuncian que a menudo no tienen ni monitor, no tienen saturómetro, ni tensiómetro, obligándolos a realizar “millones de cosas” para poder asistir a los pacientes asegurados que llegan a sus servicios.
Los manifestantes también denunciaron acoso y persecución laboral por parte de supervisores. Incluso señalaron que el director habría instalado cámaras de seguridad para controlar, más con fines de persecución que para mejorar el servicio. La situación de precariedad se agrava para más de 5.000 enfermeras que, a pesar de los años, no han accedido a la desprecarización.