Cristian Brítez, conocido como “el hombre de las mil voces”, volvió a hacer de las suyas. A pesar de estar recluido en el Penal de Tacumbú, logró estafar por G. 50 millones a la Asociación Paraguaya de Fútbol (APF), haciéndose pasar como secretario del Monseñor Ricardo Valenzuela.
El engaño consistió en solicitar una supuesta donación para refacciones de la Basílica de Caacupé, logrando que la matriz del fútbol paraguayo transfiriera el millonario monto.
Como parte de la investigación, dos mujeres también fueron detenidas, ya que habrían sido las receptoras del dinero. Las autoridades buscan determinar si actuaron como cómplices directas o intermediarias del recluso.
La Fiscalía amplía las diligencias para identificar a otros posibles implicados y establecer cómo Brítez, desde prisión, continúa ejecutando complejos esquemas de estafa telefónica.