La comunidad del Kilómetro 20 en Minga Guazú enfrenta una crisis sanitaria debido a que la penitenciaría de máxima seguridad arroja líquidos cloacales sin tratamiento directamente a la calle. Los vecinos aseguran que el mal olor obliga a algunos pobladores a abandonar temporalmente sus casas.
Alcides Noguera, presidente de la comisión vecinal, señaló que los vertidos ocurren principalmente de noche y durante días de lluvia. La planta de tratamiento de la cárcel, según los pobladores, “no funciona”.
Jesús Pérez, director del penal, prometió soluciones que hasta ahora no se han cumplido. La tecnología instalada en la planta, explicada inicialmente por técnicos del Ministerio de Justicia, no corresponde a lo prometido. La comunidad teme que la situación empeore cuando aumente la cantidad de internos en la cárcel.
Los vecinos advierten que podrían realizar medidas de fuerza frente al penal para ser escuchados. La falta de intervención del Ministerio de Justicia mantiene a la zona en riesgo sanitario. La denuncia ciudadana busca visibilizar la insostenible convivencia con la institución penitenciaria.