Mientras el frío golpea con fuerza en pleno invierno, alumnos de una escuela del departamento de San Pedro asisten a clases a la intemperie y alrededor de una fogata, intentando mitigar las bajas temperaturas para poder estudiar.
La imagen, tan cruda como inaceptable, es parte del día a día de estos niños, que realizan tareas y reciben clases sin aulas en condiciones, en un ambiente precario que pone en evidencia el abandono estatal.
Lo más grave, según denuncian padres y docentes, es que la situación no es nueva: desde hace 21 años vienen reclamando por infraestructura adecuada, sin obtener respuestas concretas por parte de las autoridades.
“Es desolador verlos así, con sus cuadernos sobre las piernas, en medio del frío, mientras nosotros seguimos esperando promesas que nunca se cumplen”, relató uno de los docentes.
Esta realidad, que se repite en muchas zonas del país, vuelve a poner sobre la mesa la urgencia de políticas públicas serias y sostenidas en el tiempo que prioricen la educación y garanticen condiciones dignas para enseñar y aprender.