Los alumnos dan clases en un aula con suelo de arena lavada, sin ventanas, puertas ni piso adecuado, y con un techo donado por el intendente Miguel Prieto en el pasado. Las imágenes muestran pupitres en mal estado, pizarras sin pintura y paredes con grietas.
En días de frío extremo, como se ha registrado, muy pocos alumnos del tercer ciclo acuden a la institución, y los que lo hacen, junto con los de preescolar, deben compartir aulas con otros grados, como el segundo. Esta precaria situación no solo es humillante para los niños, sino que también pone en riesgo su salud. Además, la institución carece de servicios básicos como la recolección de basura, obligando a docentes y padres a ingeniárselas para eliminar los desechos.
El director, Ricardo Lugo, mencionó que esta aula se encuentra en este estado hace aproximadamente dos años, y que las construcciones se han realizado gracias al esfuerzo de la comunidad. A pesar de que se han presentado propuestas a los superiores y supervisores, no han recibido “una respuesta favorable” por parte del Ministerio de Educación.
Ante la inacción de las autoridades, es la comunidad la que se mantiene en una lucha diaria por sus hijos. Padres y madres colaboran activamente, realizan actividades para recaudar fondos y valoran el esfuerzo para la educación de sus hijos.