El Palacio Legislativo fue escenario de una jornada histórica con la aprobación del proyecto de ley de eutanasia en Uruguay, convirtiéndose en pionero en América Latina y en uno de los 11 países del mundo con esta legislación.
La ley permitirá a pacientes con dolores crónicos o enfermedades irreversibles solicitar que se finalice su vida bajo supervisión médica. En la Cámara de Senadores, el proyecto obtuvo 20 votos a favor de los 31 presentes. Los promotores aseguraron que se trata de un proyecto garantista, protegiendo tanto al paciente como a los profesionales de la salud.
La Iglesia Católica y parte de los partidos opositores cuestionaron que el proyecto carece de dignidad. El procedimiento no es inmediato, interviene un equipo médico y de salud mental, incluyendo psicólogos y psiquiatras. Ahora, la iniciativa debe ser reglamentada por el Poder Ejecutivo para su aplicación en el sector público y privado. Los defensores destacaron que la ley representa un paso crucial para quienes “ya no pueden esperar”.
La normativa busca garantizar el respeto a la decisión personal del paciente y la seguridad de los profesionales que participan. Los senadores oficialistas insistieron en que la medida respalda la muerte digna y derechos fundamentales. El proyecto genera un debate histórico sobre ética, salud y derechos humanos en Uruguay. Una vez reglamentada, la ley estará disponible para todos los ciudadanos que cumplan con los requisitos.