Un tribunal de sentencia condenó a 22 años de prisión a Mario Martínez Vera, responsable del asesinato de su ex pareja, Mariza Jara González, ocurrido en abril de 2016 en Minga Porã, Departamento de Alto Paraná. La condena llegó luego de un juicio exhaustivo, en el que se presentó evidencia que vinculó al acusado con el homicidio doloso agravado.
El caso, que había quedado en suspenso durante años debido a que el acusado estuvo prófugo, fue finalmente resuelto tras la captura de Martínez Vera. Este hombre, quien estuvo evadiendo a la Justicia durante ocho años, fue llevado a juicio donde el tribunal, conformado por Emilia Santos, Milciades Ovelar y Flavia Lorena Recalde, determinó la gravedad del crimen y la responsabilidad del acusado.
El trágico asesinato ocurrió el 30 de abril de 2016, cuando Mariza Jara, de 28 años, fue interceptada por su ex pareja en su camino hacia el mercado de San Alberto. Bajo amenazas, Martínez Vera obligó a la víctima a subir a su vehículo y la trasladó hasta una zona rural de Minga Porã, donde la golpeó brutalmente en la cabeza con un objeto contundente, provocando su muerte inmediata.
El cadáver de Mariza fue encontrado dos días después en una plantación de soja en la colonia 5ª Línea. El informe forense confirmó que la causa de la muerte fue un traumatismo cráneo encefálico severo, con fracturas en el cráneo.
Durante el proceso judicial, el Ministerio Público, representado por el fiscal Fidel Godoy, presentó una serie de pruebas que incriminaron al acusado. Entre las evidencias, se halló una prenda de vestir de la víctima en la casa de Martínez Vera, y se demostró que tras cometer el asesinato, el acusado huyó del lugar llevándose consigo a su hijo de ambos, con el propósito de escapar de las autoridades.
El tribunal subrayó el historial de violencia de Martínez Vera, así como su comportamiento posterior al crimen, lo que agravó aún más su responsabilidad penal.
El veredicto de 22 años de prisión para Mario Martínez Vera llega casi una década después del asesinato de Mariza Jara. Aunque la sentencia no devolverá a la víctima a su familia, sí ofrece una medida de justicia, especialmente para el hijo de la pareja, quien creció sin su madre debido a la brutalidad de este crimen.