Los diez ciclistas, oriundos de Pedro Juan Caballero, completaron una impresionante travesía de 485 kilómetros hasta la explanada central de la Basílica de Caacupé.
Comentaron que el viaje les llevó más de dos días pero que con fe lograron culminar el trayecto. “Cuando la pierna no da y el cuerpo se cansa ahí es donde la fe y el corazón actúan”, expresó Fernando, uno de los ciclistas, visiblemente emocionado.
Esta peregrinación tuvo un matiz particularmente emotivo, ya que el viaje fue dedicado a un miembro de la familia que atraviesa un momento de salud delicado: Teo Núñez, hijo del hermano de uno de los ciclistas. El pequeño nació prematuro y tuvo algunas complicaciones de salud, pero se encuentra “estable” en un centro asistencial, por lo que agradecen a Tupasy Caacupé.
Apenas llegaron, “se tiraron de rodillas en la escalinata de la Basílica” para agradecer a la Virgen por haber completado la travesía. Además de los motivos de fe personal, Fernando, quien es médico en su ciudad, comentó sobre temas nacionales, haciéndose eco de la reflexión de Monseñor Gabriel Escobar al manifestar que “sería bueno que la plata del pueblo se le brinde al pueblo”.
