El fuerte vendaval derribó postes de la ANDE, dejando sin suministro de energía eléctrica por varias horas a diversas comunidades. Instituciones educativas también sufrieron los embates del fenómeno climático, como la escuela San Antonio del distrito de Tacuatí, cuya mayor parte quedó sin techo, y otra institución escolar en la zona de Juruhei, en el distrito de General Elizardo Aquino.
Los daños no se limitaron a las viviendas y la infraestructura eléctrica y educativa; el Ministerio de Agricultura y Ganadería se encuentra relevando datos sobre las afectaciones a los cultivos agrícolas en el departamento. Aunque la lluvia era bienvenida tras un periodo de sequía, la fuerza del viento sorprendió a todos, creando un panorama “bastante negro” para la zona. La Secretaría de Emergencia Nacional aguarda informes preliminares de cada municipio para poder enviar la ayuda correspondiente, priorizando chapas, carpas y víveres para las familias damnificadas.
Se espera que hoy se realice el conteo oficial de las viviendas, familias e instituciones educativas afectadas. Sin embargo, un cálculo preliminar y extraoficial estima que entre 150 y 300 viviendas en todo el departamento de San Pedro han sido impactadas por el temporal. La comunidad y las autoridades locales esperan que la asistencia llegue rápidamente para remediar la situación y permitir que los niños, por ejemplo, puedan retomar sus clases.