Las obras iniciaron en mayo con una promesa de finalización en dos meses, pero, los trabajos se encuentran prácticamente abandonados, dejando pozos gigantes que se convierten en trampas de barro con cada lluvia, denunciaron los vecinos.
Muchos vecinos no pueden entrar ni salir muchas veces de sus casas a bordo de sus vehículos porque la vía está bloqueada y, en el peor de los casos, hay excavaciones justo en frente de sus propiedades.
Uno de los vecinos denunciantes, Ignacio González, manifestó que la situación es “insostenible” para él y su familia, quienes están “verdaderamente cansados de que los obreros no vengan a trabajar”. Además de los problemas de movilidad, existe una preocupación latente por la seguridad, ya que los vehículos quedan expuestos en la calle, generando temor a robos o daños, y los residentes se preguntan “si llega a ocurrir algo con los vehículos... ¿quién nos va a reponer eso?”.
Aunque el ingeniero a cargo había asegurado que la obra culminaría en aproximadamente dos meses desde su inicio en mayo, ya en la quincena de julio la realidad es otra, y todo indica que seguirá así por un tiempo más.