El fallecimiento de un joven en manos de un conductor de plataforma, que fue acusado de asaltar a una chica reavivó el debate sobre las tribus urbanas en Paraguay. La madre del joven defendió que su hijo era deportista y provenía de una “familia de bien”, indicando que no necesitaba robar.
El criminólogo, Juan Martens, explicó que algunos jóvenes cometen delitos como código de conducta dentro de sus grupos, desvinculando la delincuencia de la pobreza. La pertenencia, los ritos de iniciación y la demostración de valentía son motivaciones frecuentes.
Martens subrayó que la falta de referentes adultos y la migración pueden influir en la búsqueda de identidad de adolescentes. Estos grupos, definidos como no prosociales, pueden involucrarse en hurtos y amenazas.
El experto señaló que el fenómeno de las tribus urbanas hace tiempo está instalada y expandiéndose en Paraguay, citando al Clan Rotela, activo en Central, Concepción, Ciudad del Este y Encarnación. Finalmente, recordó que, más allá de la culpabilidad, la madre del fallecido también es víctima de la situación.