En cámaras del circuito cerrado se puede observar como dos mujeres ingresan a una casa de venta de ropas, cada una por separado y que se hacían pasar por compradoras.
Mirta Pineda, dueña del comercio, lamentó la inseguridad y delincuencia, comentó que una de las mujeres distrajo a la trabajadora, mientras que la otra se alzaba con una bolsa repleta de mercaderías que estaban lista para ser acomodadas.
La mujer expresó con mucha impotencia que de lunes a sábado trabajan de 07 de la mañana a 07 de la tarde, con mucho sacrificio para que luego personas le roben.